“Quiero ayudar a otros a acercarse un poco más a sus sueños”
Huong Haley, hija de un prisionero de guerra vietnamita, habla sobre cómo sus antecedentes, que ella identifica como “primera generación, bajos ingresos”, hicieron emerger desafíos durante su transición a la vida corporativa. Ahora, ella facilita para otros que también encuentren su camino.
Huong Haley siempre está a la caza de un trato: ropa rebajada, comida gratis, pasaje aéreo barato a casa en Lansing, Michigan. Para Huong (cuyo nombre se pronuncia de manera libre como Hoon en inglés), estirar cada dólar a su máxima capacidad es un imperativo moral.
Cuando Huong se preparaba para su primer viaje de negocios como empleada de Microsoft, hizo lo que siempre hacía cuando reservaba un viaje: encontró la oferta más barata posible, incluso cuando ahora la empresa era quien pagaría por el pasaje.
Cuando su compañera de trabajo y viaje, Lori Knapp, visitó a Huong en el motel, Lori notó algunos problemas: paredes manchadas, camas sucias, un baño común en el pasillo, y una ubicación bastante alejada del centro de conferencias.
Lori convenció a su amiga de que actualizara su hotel a una ubicación más conveniente, asegurándole que Microsoft quería que su experiencia fuera segura y cómoda.
“Como empleado nuevo, sabes que debes ser frugal al reservar viajes de trabajo”, explica Lori, que desde entonces dejó la empresa. “Pero para la mayoría, ‘frugal’ es un término subjetivo; para Huong no lo es”.
Ese incidente inició una conversación entre las dos sobre los antecedentes de Huong. La elección del motel de Huong fue solo un ejemplo en el que ella y otras personas que se identifican como primera generación, de bajos ingresos (o FLI o FGLI, por sus siglas en inglés), tuvieron que decodificar los comportamientos a menudo tácitos de la cultura corporativa.
Las personas que se identifican como FLI, un término y acrónimo que se hizo popular a través de la investigación y los programas de educación superior, pueden ser las primeras en sus familias en asistir a la universidad o pueden provenir de un entorno familiar de bajos ingresos. Una vez que están en el lugar de trabajo, los empleados FLI también pueden ser los primeros en sus familias en tener trabajos corporativos de tiempo completo, que tengan salarios bien pagados y cierta seguridad laboral. También pueden encontrar desafíos únicos en la transición.
“Si nunca antes has tenido un salario, ¿Cómo sabes que te ofrecen un salario justo? ¿Cuál es la norma?, comentó Huong, para explicar las preguntas que muchas personas que se identifican como FLI se ven obligadas a hacer.
“¿Qué tipo de opciones de atención médica necesitas cuando nunca antes habías tenido que elegir? ¿Qué diablos es un PPO o un 401k, y cómo los puedes aprovechar al máximo?”
Houng sabe que estos son puntos de confusión para muchos nuevos empleados, sin importar su origen, pero dice que existe otra capa de tensión presente para la gente que se identifica como FLI: su familia o comunidad en general tal vez no sean capaces de guiarlos a través de estos problemas.
“No podemos preguntar a nuestros padres ya que no han tenido que hacer nada de esto, así que tenemos que confiar en nuestro propio ingenio y en la comunidad que construimos a nuestro alrededor”.
Houng llegó a confiar en su comunidad FLI en la Universidad de Michigan durante sus estudios de pregrado y perdió ese apoyo cuando comenzó en Microsoft.
Huong se ríe ahora de la historia del motel, y hoy, casi cuatro años después de unirse a la empresa a través del programa ACE Rotation de Microsoft, se ha adaptado bien a la cultura. Ahora, se ha planteado un nuevo desafío: hacer que la transición sea más fácil y rápida para otros empleados FLI en Microsoft.
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Nacido y criado en Vietnam, el papá de Huong peleó en el lado de Vietnam del Sur durante la Guerra de Vietnam, durante la cual fue capturado y retenido como prisionero de guerra por el Viet Cong. Después de la guerra, fue liberado y pronto conoció a la mamá de Huong; se casaron y tuvieron a Huong.
Cuando Huong tenía un año, llegaron a Estados Unidos a través de una política de inmigración que otorgaba la ciudadanía a los veteranos de guerra de Vietnam del Sur. Habían donado su casa en Saigón a una monja, para que iniciara un refugio para mujeres, así que arribaron a Estados Unidos con muy poco dinero. Pronto encontraron una vivienda para personas de bajos ingresos en Lansing, Michigan, donde el tío de Huong había migrado, y comenzó el trabajo de aclimatarse a una nueva cultura.
Desde el momento que Houng pudo leer, escribir y hablar en inglés, comenzó a traducir para sus padres. A los seis, ayudaba a su padre a leer sitios web para ofertas de trabajo. Luego, después de un despido, ella solicitó asistencia del gobierno y atención médica en su nombre.
“No se trataba solo de llenar solicitudes”, enfatiza Houng. “También era buscar a qué sitios web acudir en caso de desempleo. Tuve que aprender a encontrar cosas, a escribir, literal, las palabras ‘desempleo en Michigan’ en la barra de búsqueda.
“Creo que asumir ese tipo de solicitudes y desafíos a una edad muy temprana y ser, de cierto modo, la cabeza del hogar para tu familia, es bastante exclusivo de las familias inmigrantes y de las familias que provienen de entornos de bajos ingresos que necesitan recursos”, comentó.
“Tuve que crecer mucho más rápido que muchos de los que tenían mi edad”.
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Aunque una de las metas de Huong (y los sueños de sus padres para ella) es la estabilidad laboral y financiera, los sentimientos de Huong sobre sus ingresos actuales como empleada de Microsoft la llenan de una confusa mezcla de celebración y tristeza.
“Mis padres tenían un puesto de batidos cerca de su casa en Saigón durante algunos años. Cuando empezaron, no sabían cómo hacer batidos; tan solo lo hicieron un día y siguieron haciéndolo hasta que perfeccionaron el sabor. Mi mamá tiene increíbles habilidades sociales: vendedora de batidos; mi papá, un electricista en Vietnam, es super agudo”, explicó.
Le cuesta entender cómo las habilidades de sus padres no se tradujeron (mientras que sus habilidades sí lo hicieron) en una carrera profesional o en un trabajo mejor remunerado en Estados Unidos. Pero Huong ve que están tan orgullosos de ella y de su hermano, que reconsidera que tal vez esté bien que sus padres estén donde están.
“A veces todavía me siento culpable, pero en lugar de dejar que eso me deprima, lo uso para impulsar aún más mi sueño. Con todo el apoyo que me han brindado, quiero ayudar a otros a acercarse un poco más a sus sueños”.
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Para Huong y otros empleados que se identifican como FLI, el esfuerzo extra para comprender ciertas normas corporativas es más que inconveniente; los resultados pueden afectar de manera negativa el bienestar mental de una persona.
Por ejemplo, si las personas no saben que algunos aspectos del trabajo son negociables, es posible que no se defiendan por sí mismas, lo que podría resultar en sentirse estancadas y, de manera eventual, derrotadas. Es posible que pronto renuncien a un trabajo para el que trabajaron tan duro, se desanimen ante la idea de trabajar en futuros entornos corporativos e incluso tal vez se vean excluidos de fuentes de ingresos más altos.
“En muchos sentidos, te sientes tan afortunado de estar en Microsoft en primer lugar, que puede ser difícil hablar con tu gerente sobre un progreso laboral”, añadió Lori.
“Salir de un lugar de gratitud es bueno, pero eso también puede significar que no piensas en pedir más”.
Además, los empleados FLI que no viven cerca de sus familias pueden experimentar presión por parte de los miembros de la familia que no entienden por qué su hijo o hermano se muda lejos para un trabajo, comentó Huong. En especial cuando podían vivir en casa, ahorrar dinero y mantenerse como un miembro activo de la vida familiar diaria.
Por ejemplo, en 2020, el padre de Huong resultó herido en un accidente automovilístico en Lansing. Houng administraba su atención y seguro médico de manera remota desde Seattle, donde vive con su esposo Tom. Ella dice que es difícil estar lejos de ellos, y sabe que es difícil para ellos, si se considera lo mucho que se apoyan en ella, pero los padres de Huong nunca han expresado otra cosa que no sea apoyo y orgullo. Aun así, sus padres envejecen y sólo hablan vietnamita, por lo que Huong siente la presión todos los días de estar a cargo de muchas cosas. Ella espera convencerlos pronto de mudarse a Seattle.
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Cuando a Huong se le ocurrió la idea de iniciar una red de empleados llamada FLI (que se pronuncia como fly en inglés) to Microsoft, se acercó a Lori, quien también estaba apasionada por la causa. Durante la escuela de negocios, Lori había iniciado una organización sin fines de lucro que tenía como objetivo simplificar las donaciones directas en efectivo a personas en situación de pobreza. Otros dos cofundadores se unieron a la causa, y el equipo lanzó la comunidad a inicios de 2018.
FLI to Microsoft, ahora con más de 200 miembros y 8 colíderes, trabaja para equilibrar la inequidad de conocimiento entre los empleados: conocimiento de normas y jerga corporativas, y conocimiento de logística, recursos, personas y comportamientos. Es la brecha entre lo que algunos nuevos empleados deben saber para tener éxito en un nuevo trabajo y lo que sí saben.
“Es un gran salto”, comentó Huong. “Quiero asegurarme que la gente sepa que no están solos”.
En la actualidad, FLI to Microsoft está enfocado en encontrar maneras de ofrecer su tiempo y recursos de manera voluntaria a la comunidad local, difundir la noticia a los nuevos empleados sobre unirse a FLI, y crear un centro digital para que la gente comparta recursos. Y no es sólo para nuevos empleados; es común que los empleados con más antigüedad se acerquen al grupo, algunos admiten que todavía están confundidos respecto a aspectos de la vida corporativa, mientras que otros comparten ligas, consejos e información de valor que han adquirido a lo largo del camino.
“Por lo general, las respuestas que la gente necesita están ahí y trabajamos para que sean súper fáciles de encontrar”, comentó Huong.
Al final, Huong espera que FLI to Microsoft se convierta en un grupo bien conocido donde la gente pueda llegar a sentirse aceptada. También espera que se convierta en un grupo de asesores de confianza, al igual que muchos otros grupos de empleados que tiene Microsoft, para ayudar a los equipos de productos internos a considerar los puntos de vista de la gente que proviene de entornos económicos como el de ella. También, le gustaría ayudar a los colegas a recordar que hay muchos aspectos de la cultura corporativa que no son la norma para muchas personas.
¿Y para ella misma? Huong dice que durante la mayor parte de su vida estuvo tan concentrada en sacar a su familia de la pobreza y en lograr sus metas, que puso su bienestar mental en segundo lugar, algo que la pandemia le ha dado la oportunidad de considerar. “Hay muchas intersecciones entre experiencias e identidades. FLI es solo una de ellas”. Ella espera crear espacios para que los miembros de la comunidad FLI compartan y fomenten aún más conversaciones sobre la interseccionalidad.
Por ahora, Huong lo mantiene simple. “Si puedo ayudar a alguien más a que respire un poco mejor porque compartí mi historia, habrá valido la pena”.
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