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Shell y Microsoft encuentran un terreno común en su camino para reducir emisiones de CO2

Microsoft y Shell han disfrutado de una larga y productiva relación, basada en profundas conexiones que se remontan a décadas atrás. Shell fue uno de los primeros negocios globales en adoptar el sistema operativo Windows a través de toda su empresa. De manera más reciente, Shell ha sido pionero en transformación digital, para adoptar tecnologías que mejoran la eficiencia y la seguridad, y acelerar el desarrollo de fuentes más limpias de energía. Esto incluye despliegues de gran tamaño de Azure, Microsoft 365 y Power Platform.

Esa relación ahora crece más a fondo para ayudar a abordar los complejos y difíciles desafíos de transición energética. Bajo una recién anunciada alianza estratégica, las dos empresas buscan desarrollar tecnologías en conjunto que les ayuden a acelerar la consecución de sus metas de reducción de carbono, a la vez que ayudan a los clientes y a otras organizaciones a reducir sus propias emisiones. Microsoft ayudará a construir nuevas soluciones de inteligencia artificial (IA) que aceleren la transformación digital de Shell, y Shell brindará productos y servicios que ayuden a Microsoft en su meta de cero emisiones netas de carbono.

“Estos desafíos complejos no se pueden resolver de manera aislada, o al hacer negocios como siempre”, comentó Judson Althoff, vicepresidente ejecutivo de negocios comerciales a nivel mundial en Microsoft. “Estamos orgullosos de nuestro rol en un futuro sustentable, y sabemos que una transición energética exitosa depende de fuertes asociaciones tecnológicas, ancladas en la innovación conjunta y el desarrollo con líderes en el sector energético”.

Avanzar la transformación digital de Shell

Bajo esta alianza, las dos compañías continuarán con el avance de la transformación digital de Shell, basada en un extenso portafolio tecnológico. Con el flujo de tecnología por ambos lados, las empresas pueden aprender una de la otra, e implementar soluciones juntas, lo que también creará nuevas oportunidades para que sus clientes y proveedores reduzcan sus huellas de carbono.

Se espera que la alianza ayude a los proveedores de Shell a descarbonizarse. Shell ya utiliza Azure para desarrollar una herramienta digital para realizar un seguimiento de las emisiones de los proveedores, mostrar líneas de base, establecer objetivos y desarrollar planes para sus propias operaciones y poder alcanzar esos objetivos. Más adelante, Shell y Microsoft buscan desarrollar herramientas digitales adicionales para ayudar a los proveedores de Shell a reducir sus huellas de carbono.

Shell y Microsoft también trabajarán juntos para brindar herramientas y soluciones que ayuden a los clientes a manejar su huella de carbono. Van a colaborar en una plataforma digital para ayudar a las empresas pequeñas y medianas a calcular sus huellas de carbono, a la vez que exploran nuevas maneras para que los clientes encuentren y accedan a soluciones y productos bajos en carbono.

“Juntos, ya desarrollamos, probamos y entregamos tecnologías que empujan los límites de lo que se puede conseguir”, comentó Huibert Vigeveno, director de abastecimiento en Shell. “Estamos orgullosos de nuestra relación y hoy, vamos más allá”.

Donde se unen la transformación digital y la transformación energética

A medida que Shell brinda energía y productos a Microsoft, la alianza comenzará a fusionar la transformación digital en transformación energética. Shell innova en energía renovable a gran escala y en tecnologías avanzadas que impulsan la eficiencia en procesos industriales.

El plan de Microsoft es ser negativo en carbono al reducir sus emisiones y luego eliminar más carbono de la atmósfera de la tierra del que emite. De manera similar, la ambición de Shell es ser un negocio de energía con cero emisiones netas para 2050, o antes, de la mano de la sociedad y los clientes. Shell reconoce que esta es una tarea enorme, y los planes de negocio que Shell tiene en la actualidad no lo llevarán ahí, así que estos tienen que cambiar con el tiempo, mientras que la sociedad y sus clientes también lo hacen.

Microsoft y Shell no están solos en estos esfuerzos. Bajo esta alianza, las dos empresas buscan ofrecer soluciones prácticas a aquellos que buscan disminuir sus emisiones de carbono. Shell y Microsoft también exploran oportunidades para avanzar en el uso de combustibles sustentables para la aviación.

“Vemos un cambio cultural, no solo interno, sino en todos lados. Tenemos que cambiar la manera en que hacemos negocio”, comentó Dan Jeavons, gerente general de ciencia de los datos en Shell. “Microsoft y Shell tienen, cada uno, clientes en diferentes industrias y sus necesidades cambian. Juntos, trabajamos para entender esas necesidades y encontrar maneras de abordarlas. Esto desbloqueará un tremendo valor para Shell, Microsoft, para nuestros clientes y más allá”.

Los datos ayudan a impulsar la descarbonización

La tecnología jugará un rol clave en la transición energética, que es donde se alinea la experiencia de Shell y de Microsoft. Shell procesa miles de millones de puntos de datos cada semana desde su base global de recursos. La empresa utiliza la plataforma de nube Azure de Microsoft, junto con tecnologías gemelas digitales de Kongsberg y tecnología de plataforma IA de C3.ai, para agregar y analizar de manera rápida esos datos, y generar una imagen virtual de lo que sucede en todo su negocio.

Shell ha construido una plataforma de datos y analítica llamada Shell.ai, que brinda capacidades de aprendizaje automático e ingeniería de software para escalar soluciones de IA en toda la compañía. Esto ayuda a Shell a automatizar procesos como la inspección robótica de las instalaciones, lo que puede mejorar el mantenimiento, la seguridad y la eficiencia. Shell y Microsoft trabajan juntos para construir esas tecnologías y compartirlas con clientes y proveedores. Ambas empresas trabajan para acelerar la innovación en la industria energética, a través del desarrollo de estándares de datos abiertos. Esto se ha demostrado a través de la membresía en OSDU y Open Footprint Forum.

“La nube crea un tejido común, pero solo funciona si tienen un intercambio común de datos. Esto facilita mucho más innovar por encima de eso”, mencionó Jeavons.