Ir al contenido principal

Una conversación con Kevin Scott, autor del libro “Reprogramming the American Dream”

Imagen en blanco y negro de Kevin Scott en un fondo blanco
Microsoft CTO Kevin Scott. Foto por Brian Smale.

La inteligencia artificial ya ha comenzado a cambiar, de manera virtual, cada aspecto de nuestras vidas, desde cómo nos comunicamos entre nosotros a cómo cultivamos nuestros alimentos; y los expertos en tecnología creen que estamos en el principio de entender cómo la IA podría expandir las capacidades de las personas.

En su nuevo libro, “Reprogramming the American Dream”, Kevin Scott, director de tecnología para Microsoft, comenta cómo pasó de una niñez en la zona rural de Virginia a ser un líder en el campo de la IA – y por qué piensa que hay una amplia oportunidad para la gente de todos los ámbitos de la vida de aprovechar la IA para conseguir el “sueño americano”.

Hace unos días tuvimos la oportunidad de conversar con él sobre su vida, su libro, y su carrera.

Has escrito un nuevo libro. ¿De qué trata?

En esencia, el libro es sobre cómo deberíamos pensar todos sobre la inteligencia artificial como esta poderosa herramienta que podemos elegir usar para construir un mejor futuro para todos nosotros y cómo, en particular, pienso que la inteligencia artificial puede ser en verdad benéfica para las personas que viven y trabajan en la parte rural y media de Estados Unidos.

¿Cómo tu crianza en la parte rural de Estados Unidos alimentó tu perspectiva cobre la industria tecnológica?

Creo que he tenido mucha suerte durante mi vida. La primer señal de buena suerte fue haber nacido en una familia y en una comunidad en la parte rural y central de Virginia, en este pequeño pueblo llamado Gladys, donde tuve a todos estos modelos a seguir alrededor mío que eran inventivos y creativos y arreglaban cosas y eran emprendedores y que eran personas con una gran determinación.

No tuve sólo padres, sino toda una estructura familiar que te daba un enorme apoyo. No teníamos mucho. Éramos una familia que vivía al día y tuvimos momentos de verdaderos problemas financieros durante mi niñez, pero mi hermano y yo nunca pensamos que nos faltaba algo. Y tuve siempre esta gigantesca curiosidad que mis padres, en muchas y diferentes maneras, trataron de apoyar.

Recuerdo una de las cosas que mi madre hizo cuando era niño – Yo era un lector voraz, y no sé si ustedes lo recuerden, pero nosotros teníamos vendedores de enciclopedias que iban de puerta en puerta, así que un vendedor de la World Book Encyclopedia fue a nuestra casa un día, y mi mamá, a pesar de que no teníamos mucho dinero, arregló un plan de pago de la World Book Encyclopedia. Y yo iba a la sala por mi cuenta, de niño, y tomaba estos libros uno por uno y comenzaba a leerlos. Y era algo increíble, dadas las circunstancias, que mi mamá y mi papá hubieran hecho eso por mí.

¿Cómo influenció tu padre algunas de las decisiones que tomaste durante tu vida?

Mi papá fue tal vez el modelo a seguir más importante en mi vida. Era un papá en verdad increíble, y algunas de las cosas más importantes que aprendí fueron por su ejemplo. Él experimentó muchas fallas, pero cada vez él sólo se sacudía el polvo, se ponía de pie y regresaba a la acción. Y esa resiliencia y determinación son cosas muy importantes que debes tener si intentas hacer algo complicado o algo que está fuera de los límites de tu experiencia. Vas a fallar mucho, y él me enseñó que fallar no es la peor cosa en el mundo mientras puedas levantarte y comenzar a avanzar de nuevo.

Pero una de las historias más divertidas sobre mi padre es que él estaba super determinado de que yo no iba a perseguir el negocio familiar. Mi bisabuelo, mi abuelo y mi padre todos estuvieron en la construcción, y yo trabajé para él cuando era adolescente. Y él me daba los trabajos más miserables en el mundo, como llevar gavillas de tejas arriba y debajo de una escalera hacia techos calientes todo el día o manejar martillos para romper pisos de sótanos o empujar cuesta arriba carretillas llenas de ladrillos. Él sólo quería mostrarme lo dura que era la vida.

Lo interesante fue que en realidad me enseñó cuánta belleza y dignidad había en todo ese trabajo. Y mis pasatiempos, por curioso que parezca, han estado muy cercanos a estas cosas que él hacía. Me encanta trabajar con madera, me encanta construir cosas, me encanta trabajar con mis manos.

Lo que es en verdad cómico, ya que me daba todo este miserable trabajo, es que ya había decidido que estaba en verdad interesado en computadoras y programación, y sabía que quería ir a la universidad. Yo no dejaba de decirle eso y él aun así me daba este trabajo horrendo.

Una pila de libros en una librería
El libro de Kevin Scott, Reprogramming the American Dream, está disponible desde el 7 de abril de 2020.

¿Sientes que alcanzaste el sueño americano?

Sí, lo creo. Pienso que una buena parte del sueño americano es que tú llegas a la sociedad de niño y estás equipado con una educación y un conjunto de experiencias que te preparan para ir a hacer algo interesante y valioso en el mundo, y que tienes un conjunto de barreras sistémicas que se interponen en tu camino para conseguir esas metas.

Tuve una muy buena educación. Fui a una muy buena Escuela del Gobernador de ciencia y tecnología en la parte central de Virginia. Quisiera que más chicos tuvieran esa oportunidad, porque me dio la convicción de seguir y obtener un conjunto de títulos en ciencias de la computación. Y nunca sentí que tuve enormes impedimentos en mi camino.

En tu libro, expones la idea de que tecnologías como la IA pueden ayudar a la gente en la parte rural de América a conseguir el sueño americano. ¿Cómo se daría esto?

Cuando dejé la academia y tomé mi primer trabajo en la industria, hice un proyecto de aprendizaje automático donde tenía que sentarme frente a una pila de documentos de investigación y una gran cantidad de libros de texto llenos de matemáticas no tan accesibles, y pasé seis meses en la codificación para crear un sistema que, en ese entonces, hacía algo muy útil con aprendizaje automático.

Las herramientas de aprendizaje automático son tan poderosas ahora que un niño motivado de secundaria podría hacer ese mismo proyecto en tal vez una semana. Y esa es una increíble revelación porque, de manera básica, significa que cualquiera puede tomar esas herramientas y utilizarlas para hacer cosas interesantes.

Cuando pienso en la gente con la que crecí, son algunas de las personas más ingeniosas que conozco. Lo que quiero decir es que, esta comunidad está llena de gente talentosa que utiliza todas las herramientas que están a su disposición para hacer un mejor futuro para ellos.

Y ahora, tienen esta nueva herramienta que podría ser la más poderosa que hayan construido jamás. Y es emocionante pensar qué hará la gente con estas herramientas que están en diferentes contextos y que abordan la resolución de problemas con diferentes ángulos a los de las personas que estamos en la industria tecnológica.

¿Qué crees que se necesita que pase a nivel estructural para que las personas en este país que no están en la industria tecnológica vean esos beneficios?

Debemos hacer un mejor trabajo en enseñar a los niños los conceptos básicos de las ciencias de la computación y la ingeniería y el aprendizaje automático cuando estén en escuela media y secundaria.

El aprendizaje automático hace que sea mucho más fácil realizar cosas sofisticadas con computadoras que con las herramientas tradicionales de programación. Tenemos esta herramienta que desarrollamos a nivel interno ahora, que permite a cualquier persona construir modelos de visión de cómputo, y es tan sencilla que mi hijo de nueve años o uno de 11 puede utilizarla para entrar con facilidad a un modelo de visión de cómputo para que realice una tarea de visión.

Así que creo que el argumento de que la IA es muy complicada para que la gente se adentre no es cierto. Creo que, en cierta manera, la IA va a volver la tarea de conseguir que las computadoras hagan cosas por ti de una tarea de programación a una tarea de enseñanza. Y todos sabemos enseñar a alguien cómo hacer algo. Es una parte innata del conjunto de capacidades del ser humano. Así que pienso que, en definitiva, debemos enseñar más estos conceptos en la secundaria.

Y si quieres que la gente pueda participar en la economía digital, debes de tener banda ancha en estas comunidades rurales.

Es por eso que cosas como el programa Airband de Microsoft, que utiliza una parte del espectro del espacio blanco que ya no es utilizado para transmitir televisión para llevar datos, es una cosa fantástica. Para que los niños y los negocios y los trabajadores sean fluidos de manera digital, deben tener conectividad de red. No puedes tan solo esperar que participen a fondo en esta nueva economía emergente sin esta muy básica pieza de infraestructura.

La IA va a volver la tarea de conseguir que las computadoras hagan cosas por ti de una tarea de programación a una tarea de enseñanza. Y todos sabemos enseñar a alguien cómo hacer algo.

En el libro, también reconoces que el cambio es duro y aterrador para la gente. ¿Qué necesita suceder para que la gente dé el salto para adoptar algo como la IA?

Creo que en verdad es difícil, en especial cuando eres niño, imaginar que haces algo que es abstracto. Ves a la gente a tu alrededor y ves lo que haces y hay casi este impulso en las decisiones profesionales que tomas. Una gran cantidad de personas eligen hacer las mismas cosas que sus padres o los miembros de su familia de su comunidad cerrada hacen.

Deben tener modelos a seguir, y una de las cosas que quería decir con el libro es, “Oye, vengo del mismo lugar que ustedes. Nací y crecí en la parte rural y central de Estados Unidos, es un camino bastante aceptable y razonable para ti ir y tener un trabajo en tecnología”.

Y creo que ahora, más que cuando crecí, puedes tener un trabajo en tecnología quedándote justo donde estás.

Cuéntame un poco sobre eso.

Por ejemplo, hay una buena cantidad de muy buenos trabajos en tecnología cerca de donde crecí. Hay un centro de datos de Microsoft en Boydton, Virgina, a unas horas de donde nacía, donde hay cientos de trabajos de tecnología que pagan bien y son muy interesantes. Que no existían en los noventa, cuando era niño. Incluso en Lynchburg, que es el pueblo grande más cercano a Gladys, hay mucha industria ahora que no existía cuando era niño.

Terminé mi libro con una charla con este joven, Hunter Bass, que es hijo de uno de mis amigos de la escuela. Y él obtuvo un título en ingeniería computacional y decidió mantenerse en Lynchburg y tiene un trabajo que ama.

Creo que más y más de esas oportunidades existen todo el tiempo porque es más fácil que nunca hacer tu trabajo en el estilo distribuido, donde el lugar físico en el que haces algo es menos importante que tu capacidad de tener acceso a infraestructura que puedes utilizar para conectarte con la gente que hace las cosas que quieres hacer.

Una de las cosas que quería decir con el libro es, ‘Oye, vengo del mismo lugar que ustedes. Nací y crecí en la parte rural y central de Estados Unidos, es un camino bastante aceptable y razonable para ti ir y tener un trabajo en tecnología’.

Dices en tu libro que querías explorar el futuro de la tecnología en una manera que no sea distópica ni utópica. ¿Puedes hablar sobre algunos de los desafíos que ves a medida que avanzamos a este mundo más centrado en IA?

Creo que tenemos el mismo conjunto de desafíos con la IA que se tienen con cualquier tecnología nueva que sea muy poderosa. Mi analogía favorita es el desarrollo de una máquina a vapor a finales del siglo XVIII. Es el primer sustituto a gran escala del trabajo humano: una sola máquina podía hacer un trabajo que muchos y muchos seres humanos habrían tenido que hacer a mano antes.

En el principio del desarrollo de la máquina a vapor, las personas a las que el valor se acumuló de inmediato eran personas que tenían capital y personas que tenían experiencia. Si tenías dinero podías construir una fábrica alrededor de esas máquinas de vapor y construir un negocio que fuera mucho más eficiente que el negocio que hacía un conjunto similar de cosas de manera manual.

Y luego tuviste esta gran disrupción que se movió a través de la fuerza laboral. La naturaleza misma del trabajo cambió por el inicio de esta nueva tecnología, y tomó un tiempo que las cosas se asentaran.

Ahora, tú miras las máquinas y son una herramienta ubicua que todos tienen en su arsenal para hacer cosas, y de manera eventual eso es lo que tendremos con la inteligencia artificial. Y la pregunta es, ¿Cómo se ve este periodo de transición?

Mi argumento – la razón por la que escribí el libro, la razón por la que hago lo que hago en Microsoft – es que creo que necesitamos hacer todo lo que esté en nuestras manos, de manera colectiva, para democratizar el acceso a esas herramientas, para que mis amigos y familia y la gente que admiro en esas pequeñas comunidades tenga tanto acceso a esas herramientas como yo lo tengo. Porque tengo una enorme fe en su capacidad de hacer cosas increíbles una vez que tengan acceso a ellas.

Creo que eso es, en última instancia, lo que en realidad asegura que tengamos una toma decisiones justa en inclusiva sobre cómo es la trayectoria del futuro, impulsada por más y más IA con el paso del tiempo. Y sin duda es la forma en que se obtiene una distribución más equitativa de los beneficios de IA.

Última pregunta. Siento curiosidad por lo que has aprendido mientras escribías este libro.

Me forzó a ver a la IA y a sus impactos potenciales en una manera diferente. Estaba en el mismo segmento de opinión de muchos de mis colegas y compañeros y amigos en la industria tecnológica acerca de cómo se ve la trayectoria de la IA y cuál será su impacto en el futuro del trabajo. El libro me dio la oportunidad de investigar, y lo que es más importante, conversar con varias personas y recordarme la increíble creatividad e ingenio que tienen, sin importar dónde vivan.

Imagen principal: En su nuevo libro, Kevin Scott discute cómo la IA puede beneficiar a los estadounidenses en áreas como la zona rural de Virgina, mostrada arriba. Foto por Walter Arnold Photography/Getty Images.

Contenido relacionado: